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Ocuparse "en" y de las malezas

La cuarta edición de la JUCsA, que se realizó entre el 20 y 21 de agosto dejó en claro que la de malezas es una gran responsabilidad para los futuros profesionales de la agronomía.
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Fuente: MalezaCero.com.ar

El evento de mayor relevancia y convocatoria en la Facultad de Agronomía de la UBA tuvo una nueva edición. Entre el 20 y 21 de agosto pasados, en el auditorio Houssay de la FAUBA, tuvo lugar JUCsA 2015, una jornada que nació en el 2012 como respuesta a la inquietud de los estudiantes de propiciar un ámbito en el cual se pudieran difundir diversos aspectos de la carrera, con enfoques desde varios puntos de vista.

“Entendemos la JUCsA como un punto de partida para pensar nuestro futuro. No podemos estar ajenos a los cambios constantes en la sociedad y los sistemas productivos. El profesional del siglo XXI debe estar en aprendizaje constante”, manifestó Rodolfo Golluscio, Decano de la FAUBA en la apertura del evento.

Esta edición tuvo como lema “La capacitación como valor agregado”. Charlas técnicas, económico-políticas, motivacionales y sociales conformaron una grilla en la que los disertantes intentaron avizorar perspectivas para los futuros profesionales del agro.

Las malezas, eje de la preocupación. El biólogo Daniel Tuesca (UNR) se refirió a un tema inevitable de un programa que se quería enfocado a los nuevos profesionales del agro: las malezas resistentes. “Que te devuelvan un campo con Amaranthus es lo mismo que te devuelvan un departamento sin cañerías”, metaforizó sobre la problemática de descuido de las malezas en lotes arrendados. Mostrando fotografías que ilustraban todo lo que puede crecer Amaranthus si la dejan, el biólogo ironizó a partir del silencio de la audiencia: “este público no se sorprende por nada”.

“Menos herbicidas y distintos herbicidas, darán menor probabilidad de resistencias”, arriesgó en fórmula.

En la actualidad reconoció que el manejo integrado tiene que ver con una gran torta química, algo de control cultural y algo de control mecánico. Pero “lo ideal sería hacer un mejor uso del control químico, ampliar el control cultural (que tiene que ver con elección de genotipo, fecha de siembra, etc.) y algo de control mecánico”. Sobre esta última práctica aludió: “es cuestionable cuando lo hacemos porque nos despertamos enojados con la Rama Negra”.

Lo cierto es que éste tiene todo para ser “el” problema al que los Ing. Ag. deberán seguir enfocando su atención. “La de malezas es una temática que preocupa y que como futuros profesionales debe preocuparles. No dejen de incursionar en esta temática”, recomendó Tuesca.

El costo de la inacción. Hernán Palau y Sebastián Senesi (FAUBA) se refirieron en profundidad al impacto económico que las malezas han generado en el agro argentino. Con base en un estudio recientemente elaborado por Adama y el Programa de Agronegocios de la FAUBA, presentaron las principales conclusiones alcanzadas.

Hernán Palau posó su mirada sobre aquellos lugares donde la situación es más complicada que en Argentina: EEUU y Australia.

“En EEUU se estima que tiene 24,9 millones de has infestadas con malezas resistentes con lo cual tiene un costo extra de 2000 millones de dólares”, reflejó al tiempo que en Australia se invierten entre 2500 a 4000 millones de dólares extras. “¿Qué hicieron estos países?”, se preguntó. Pues un manejo colectivo. “En EEUU Weedscience tiene una red de alerta de productores con denuncias en una página web, que cuenta con financiamiento del USDA. En cada estado hay una universidad estatal y cada una tiene un departamento que se ocupa de las malezas resistentes. La problemática es local, la solución es local”, puntualizó Palau.

En Australia, por su parte, existe el “Weed Watcher” y más de 10 sitios donde encontrar información. “Hay programas de investigación; se conforman redes de distintos organismos, lo mismo que en EEUU”, afirmó el investigador de la FAUBA.

En Argentina la situación es muy distinta y así lo describió Palau: “No hay reglamentaciones, el relevamiento es realizado por una ONG como Aapresid; el INTA tiene algunas investigaciones locales. Cada uno de los actores que brega por el problema lo hace de manera individual. No hay un manejo colectivo”.

Retomando las conclusiones del estudio Adama/FAUBA, Senesi advirtió: “El incremento del costo de producción entre un lote que tiene y uno que no tiene malezas es de 65 dólares por ha. En 20 millones de has, hablamos de un costo de 1300 millones de dólares por año en Argentina”.

Esto equivale a decir que afrontar el problema ayudaría a reducir la pérdida potencial de 8,8 mil millones de dólares para el país, un impacto macroeconómico nada despreciable.

“La información es cada vez más importante para poder tomar decisiones”, retomó Palau, alentando a los estudiantes a seguir capacitándose. “El foco en cambio hoy no está tanto en la prevención como en buscar un control actual”.

Hacia la producción en sí Palau observó que “para el productor agrícola el impacto es nocivo por el crecimiento explosivo de las malezas. No sólo como especie individual que tengo en el lote sino por el conjunto en Argentina”.

“Debemos seguir el ejemplo de Australia y EEUU que atacan el problema con una fuerte interacción público privada, con regulaciones y normativas que apuntan a solucionar la problemática local”, instó el profesional.

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El decano de la FAUBA en la apertura de JUCSA 2015.

Inquietos. Al momento de darles la palabra a los estudiantes, las inquietudes se posaron sobre la distancia de aplicación. “Hace falta algún tipo de regulación- respondió Tuesca- Siempre el problema es quién legisla. En los casos en los que ha habido prohibiciones y marcha atrás hay presiones que hacen actuar a los funcionarios sin la debida consulta a la universidad, al INTA, etc. Debemos asumir que hemos hecho las cosas muy mal. Hoy no hay una legislación nacional, son provinciales y en algunos casos sin injerencia para ejercer el control. Eso trae un estado de confusión general”. Resaltó a las provincias de Córdoba y Santa Fe, que vienen haciendo un trabajo muy bueno en ese sentido, mientras que en Buenos Aires muy poco.

Senesi recorrió las tres leyes que hoy hacen su proceso en el Congreso, con distintos grados de avance. “La ley de uso de fertilizantes que prácticamente para la que ya hay consenso. Y otras para las que no, como la ley de suelos y la ley de uso de agroquímicos. Una vez reglamentadas habrá distintos niveles para aplicar”. Palau por su parte se refirió a lo que sucede en otros países, donde los entes de aplicación están bastante bien definidos. “Aquí en Argentina la realidad es que el Senasa es un organismos que no tiene autoridad a nivel nacional como para otorgar una solución a este problema”, consideró.

Idéntikit del futuro profesional. Cristian Feldkamp dejó un mensaje que sonó a buen final. “¿Qué tipo de profesionales necesitamos? Los desafíos que tienen Uds. son la apertura mental, sin preconceptos, ser conscientes de lo que no saben. Lo peor de todo es no saberlo. La humildades el valor por excelencia. La capacidad de trabajo en equipo, para generar una actividad diferente. Necesitamos gente que aprenda de los errores y los procesos. Mantener las tradiciones no es seguir haciendo lo que hacía mi abuelo sino hacer lo que él haría hoy. Sigamos siendo innovadores”.