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tomate Adama versalles valle

Kadabra y Trivor el dúo perfecto para tus plagas en tomates

Las zonas con mayor productividad en el cultivo del tomate en Colombia, se encuentran distribuidas entre los departamentos de Boyacá, Antioquia, Santander y Norte de Santander.
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En este artículo traemos datos curiosos sobre este cultivo, problemáticas más comunes y las soluciones ADAMA que tenemos para una producción de calidad.  Según Finagro, en nuestro país se produce gran cantidad de tomate, ocupando el lugar número 34 en el mundo en cuanto a producción. Siendo el Tomate Chonto el más usado en la cocina colombiana. 

¿Cuánta producción de tomate hay en Colombia?

La última producción de tomate consolidada en Colombia fue de 632.268 toneladas según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (Fao) conformadas por áreas descubiertas y protegidas (bajo invernadero), aumentando en un 29% a comparación de años atrás.

En nuestro país la producción de tomate es común en casi todas las zonas. Sin embargo, según la base de evaluaciones agrarias del Ministerio de Agricultura, Antioquia se ha posicionado en los últimos años como la región con mayor producción al consolidar 156.421 toneladas, seguida por Norte de Santander, con 86.017; Boyacá, con 72.851; Cundinamarca, con 70.631 y Santander con 65.948 para completar los primeros cinco departamentos. Importado principalmente a las Antillas Holandesas, Aruba, Ecuador y España.

Etapas de crecimiento

Las variedades de tomate son clasificadas según su hábito de crecimiento. Su desarrollo puede definirse en cinco fases a través de la vida de la planta. Aquí podemos encontrar los tomates tipo milano, tipo fresco larga vida, tipo chonto, cherry y tipo industrial. 

Como todo cultivo, el tomate debe cumplir con ciertos requisitos para que cumpla con los parámetros de calidad y además pueda ser exportado. Por eso, la importancia de cuidarlo desde la siembra hasta la cosecha.

Fase 1: la primera fase del ciclo de producción comienza durante la propagación. Se debe establecer estrategias predeterminadas para injerto o producción propia de plántulas.

Fase 2: comienza cuando se ponen las nuevas plantas en el sustrato para permitirles que desarrollen sus raíces. Su planificación permitirá al agricultor predeterminar la CE utilizada para la saturación inicial del sustrato en armonía con la CE objetivo conseguida durante la fase de propagación.

Fase 3: la tercera fase del desarrollo de la planta abarca desde el enraizado hasta que el primer fruto sea visible en el cuarto racimo. Aquí, el objetivo es conseguir el desarrollo de la planta y la floración mientras al mismo tiempo se logra su equilibrio vegetativo y generativo.

Fase 4: es la de crecimiento más dinámico y ocurre desde la apertura de flores en el quinto racimo hasta la primera cosecha; normalmente coincide con la polinización y cuajado de fruto del séptimo racimo. Aquí se necesitará un programa con una relación más alta K:N para crear frutos de buena calidad e imponer el equilibrio en las plantas.

Fase 5: el mayor riesgo durante la quinta fase, desde el momento de la primera cosecha hasta el final del ciclo de cultivo, consiste en tener una planta desequilibrada. En consecuencia, durante las fases cuatro y cinco, el productor trabajará para crear el equilibrio.

¿Puede presentar diferentes problemáticas el cultivo? 

¡La respuesta es SÍ! Es una de las plantas que requiere más cuidados por ser vulnerables a plagas y enfermedades, y no solo necesita de un buen manejo integrado que se limite a los productos de protección de cultivos, sino también un monitoreo periódico, así como la rotación con moléculas de síntesis biológica y de esta manera poder organizar un correcto MIPE.

El MIPE (Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades), es un sistema dinámico que le permite a los productores a través del monitoreo periódico, conocimiento de plagas y enfermedades y

acompañamiento técnico, poder implementar estrategias no solo de uso de productos de protección de cultivos sino de prácticas culturales y de fertilización que al final llevarán al cultivo a alcanzar su máximo potencial productivo.

En esta ocasión hablaremos un poco sobre los insectos más limitantes en este cultivo y cómo podemos realizar un manejo de estos. Entre los insectos plaga que afectan a las plantas del tomate, los más comunes son: la mosca blanca, la caracha o (Prlodiplosis), el gusano cogollero y el pasador del fruto. Dependiendo de la zona productora los daños de estos insectos pueden causar pérdidas por encima del 50% en la productividad, ya que sus hábitos alimenticios afectan directamente las flores y frutos en formación.

Soluciones ADAMA para el control de insectos en el cultivo del tomate

Nuestro Insecticida Trivor 310 DC (Acetamiprid + Pyriproxifen) tiene un triple poder que actúa contundentemente contra plagas como el Gusano cogollero (Tuta absoluta) y la Mosca blanca (Trialeurodes vaporariorum). Esta solución tiene acción sistémica traslaminar que actúa por ingestión y contacto. En ADAMA recomendamos aplicar Trivor con la presencia de las primeras larvas con el cultivo en activo crecimiento a una dosis de 300 cc/ha.

Por otro lado, tenemos nuestro Insecticida Kadabra 480 SC (Bifentrina + Fipronil) de alto rendimiento para el control de plagas de difícil control en tomate como el Gusano cogollero (Tuta absoluta) y la Prodiplosis (Prodiplosis longifila). Este insecticida a base Bifentrina y Fipronil hace que sea efectivo en todas las etapas móviles de las plagas objetivo. Kadabra, debe ser aplicado en el follaje con los primeros indicios de la presencia de larvas y en plantas en activo crecimiento a una dosis de 300 cc/ha.

Trivor 310 DC: https://www.adama.com/colombia/es/agroquimicos/insecticidas/trivor-310-dc 

Kadabra 480 SC: https://www.adama.com/colombia/es/agroquimicos/insecticida/kadabra 

Recuerda que esta solución ya puedes encontrarla en tu almacén agropecuario de confianza. Si tienes preguntas y necesitas más información escríbenos en nuestro Facebook:@adamacolombia  

Fuentes: