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Un nuevo alerta cerrando caminos

Un nuevo alerta cerrando caminos

Un biotipo de nabo ha sido declarado resistente a 2,4 D. Más allá de engrosar una lista de malezas resistentes, qué implica en cuanto a las posibilidades de los manejos?
Un nuevo alerta cerrando caminos

Fuente: MalezaCero.com.ar

Un nuevo alerta rojo en malezas pone el tema de los manejos sobre la mesa. ¿Hasta dónde se estira el resorte de la tecnología? ¿Cuáles son las salidas de este laberinto? ¿Existe salida?

Copia de Un nuevo alerta cerrando caminos - foto1

Escapes de nabo sobre un lote de cebada a campo aplicado con 2,4D éster butílico EC 100 % 280 g ea/ha en mezcla con picloran SL 24 % 24 g ia/ha. En Azul Provincia de Buenos Aires, Argentina.

Un biotipo de nabo (Brassica rapa) resistente a 2,4-D fue detectado en el centro de la Provincia de Buenos Aires. Es el primer caso confirmado de resistencia a este importante herbicida, y las opciones de las que disponen los productores siguen tachándose de la lista.

Nabo resistente. Brassica rapa (L.), comúnmente conocida como “Nabo” es una maleza que se encuentra naturalizada en todas las provincias de nuestro país. En general está presente en potreros, rastrojos, banquinas y áreas marginales.

La especie es originaria de Europa y Asia y es considerada de importancia a nivel mundial por provocar reducciones de productividad en cultivos y campos de pastoreo. Pertenece a la familia Brassicaceae que está conformada por aproximadamente 350 géneros y 3000 especies de distribución cosmopolita.

En el centro y sudeste de la Provincia de Buenos Aires, durante los últimos dos años se han observado controles erráticos en tratamientos realizados con 2,4-D, y esta situación provocó sospechas de la presencia de un biotipo resistente en el partido de Azul.

Con el objetivo confirmar esta resistencia, el Grupo de Investigación de Terapéutica Vegetal de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, inició ensayos exploratorios para la evaluación y determinación del índice de resistencia del biotipo.

En condiciones de invernadero se realizaron bioensayos de dosis respuesta. Para esto se recolectaron semillas de la maleza de lotes donde se registraron fallas de control y se sembraron en macetas. Las plantas crecieron hasta el estado de roseta 6 hojas y posteriormente fueron aplicadas con 2,4-D sal dimetil amina CS 60 % a dosis de 0, 50, 100, 200, 400, 800, 1600, 3200 y 6400 g ea/ha. Como testigo fue utilizado un biotipo sensible obtenido en la misma localidad.

Se observó que las plantas del biotipo resistente sobrevivieron a dosis de hasta 800 g ea/ha mientras que las del biotipo susceptible sólo hasta 200 g ea/ha (Figura 2).

Como antecedentes se destaca que en nuestro país hay registros confirmados de resistencia múltiple de esta especie a glifosato e inhibidores de la ALS, y específicamente en Azul hay biotipos resistentes a la EPSPs y ALS que fueron confirmados por este grupo de trabajo. Se alerta que dichos biotipos podrían cruzarse con el biotipo resistente a 2,4D denunciado.

Los denunciantes son el Ing. Agr. Víctor Juan (M. Sci.), Ing. Agr. Soledad Ciolli, Ing. Agr. Horacio Saint André, Ing. Agr. Federico Núñez Fré e Ing. Agr. Ricardo Fernández, integrantes del grupo de investigación de Terapéutica Vegetal FAA-UNCPBA.

Moraleja. El Gerente de la REM Aapresid, Martín Marzetti es elocuente en su mensaje: “ Ya aprendimos que la generación de resistencia no era sólo una cuestión de libros de biología, sino que se da en la realidad cotidiana y es bastante más frecuente de lo imaginado.

Para que suceda lo menos posible, es indispensable que rotemos y/o mezclemos herbicidas con diferentes modos de acción, sobre las mismas malezas. Esto, que a priori parece bastante sencillo, no lo es tanto. Es preciso prestar especial atención a los modos de acción que corresponden a cada herbicida y ver qué espectro de malezas controla, para tratar de estar combatiendo con al menos dos modos de acción diferentes”.

Por su parte, el Director del Programa Pablo López Anido agrega: “Mirando hacia adelante, la difusión de biotipos de malezas resistentes y tolerantes representa una amenaza mucho más seria que el agotamiento de nutrientes. Este no es un problema que vaya a solucionarse sólo con herbicidas. Hacen falta soluciones proactivas en función de manejos sustentables antes impensados. Y los criterios de estos manejos van a tener que ser moldeados con los productores”.

Sobre las soluciones existentes el pronóstico es reservado. ¿Cuánto se estira ese “resorte tecnológico”? Cada vez que aparece una tecnología, al tiempo aumentan los costos y se reduce la efectividad. Las malezas resistentes son un buen ejemplo”, afirmaba Emilio Satorre en el útlimo Congreso CREA. “La soja se expandió enormemente en los últimos años en nuestro país. La soja RR propuso una solución muy simple a los problemas de nuestros cultivos. Pero de pronto comenzaron a aparecer especies espontáneas, a convertirse en malezas problema y más recientemente, resistentes. De un proceso simple nos hemos encontrado en los últimos años tratando de solucionar otro más complejo. Y ahora nos encontramos aumentando la cantidad de herbicidas en los momentos en que no tenemos cultivo, afectando la residualidad”. Qué es lo que estamos haciendo, se preguntó el disertante. “Es no apelar a la memoria y recordar que el yuyo colorado apareció en los 90’, merced al uso intensivo de un herbicida de la familia de las imidazolinonas. No nos importa. Seguimos pidiendo: Diganmé el nombre del herbicida que tengo que usar. No buscamos entender. Y no cambiamos nuestra forma de actuar”. La forma de evitar los problemas es transitar cuidadosamente una pregunta: “¿Queremos una caja de herramientas o una pinza multifuncional?”. En la alocución del disertante, surgió la necesidad de no esperar soluciones generales. “Tenemos que tener más información, generar un muy buen ejercicio de reflexión. Pedir conocimiento transparente y completo para evaluar sus beneficios y perjuicios. Las tecnologías no son buenas ni malas, depende de cómo se usen”.

ADAMA/ Maleza Cero

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