MANCHA DE ASFALTO EN MAÍZ
La mancha de asfalto en maíz es una enfermedad fúngica que afecta a las plantas en regiones con alta humedad. Provocada por un complejo de hongos que infectan las hojas del cultivo, esta patología también se conoce como “tizón del maíz” en algunas regiones de América Latina.
Esta enfermedad puede manifestarse tras la floración o incluso antes, en condiciones de lluvia intensa. Puede causar pérdidas de rendimiento que varían entre el 30% y el 100%.
En casos severos, durante las etapas de embuche o floración, el impacto puede ser total, afectando gravemente la producción de maíz.
Causa de la enfermedad
La mancha de asfalto en maíz es una enfermedad fúngica causada por la interacción sinérgica de tres hongos: Phyllachora maydis, Monographella maydis y Coniothyrium phyllachorae. Estos hongos se alimentan de los azúcares de la planta, lo que provoca la muerte de las hojas y, eventualmente, de toda la planta.
En las etapas iniciales de la enfermedad, se pueden observar pequeños puntos negros en las hojas. Alrededor de estos puntos, aparece un halo amarillo que, a medida que la infección avanza, se expande y se une, cubriendo toda la hoja. Esto resulta en la resequedad del follaje y, en última instancia, en la muerte de la planta. Si la enfermedad se presenta en etapas tempranas, antes del llenado de las mazorcas, estas perderán peso, los granos se volverán arrugados y flojos, y pueden germinar prematuramente aún estando en la planta.
Condiciones y pérdidas
Generalmente, la mancha de asfalto aparece después de la floración, pero bajo condiciones de lluvias continuas, puede manifestarse en la prefloración, causando pérdidas que varían del 30 al 100%. En casos severos durante la etapa de embuche o floración, la pérdida de rendimiento puede ser total. Si la enfermedad ocurre después de la floración, el rendimiento puede disminuir hasta un 50%, principalmente porque el grano no completa su desarrollo y resulta con menor peso específico (Marino et al., 2008).
Síntomas
Los síntomas de la mancha de asfalto se manifiestan principalmente en las hojas, donde aparecen pequeñas manchas negras. La enfermedad se caracteriza por la formación de estromas negros, los cuerpos fructíferos de P. maydis, en el follaje. Estos estromas se asemejan a manchas de "alquitrán" (de ahí el nombre en inglés, "Tar spot").
En campos con residuos de maíz infestados, los síntomas iniciales suelen aparecer en el dosel inferior de la planta (Bajet et al., 1994). En Estados Unidos, se ha observado que los patrones de enfermedad a menudo comienzan en áreas nuevas, sugiriendo una transmisión a larga distancia del inóculo. Las hojas, vainas foliares y chalas de maíz, independientemente de la edad, son susceptibles a la infección (Bajet et al., 1994; Hock et al., 1995).
La infección por P. maydis lleva al desarrollo de estromas brillantes (masas de tejidos fúngicos negros) en el tejido del hospedante, que pueden dispersarse o agruparse en ambas superficies de las hojas y, en ocasiones, fusionarse en franjas (Liu, 1973). Los estromas a menudo están rodeados por halos necróticos elípticos y marrones denominados “lesiones de ojo de pez”.
En casos severos, estos halos se fusionan, causando necrosis extensa y tizón foliar, que conduce a la senescencia prematura y muerte de las plantas (Carson, 1999; Ceballos y Deutsch, 1992; Hock et al., 1995).
Ciclo de la Enfermedad
El ciclo de la enfermedad de la mancha de asfalto no se comprende completamente. Como otras especies del género Phyllachora, P. maydis es un biótrofo obligado que requiere un hospedante vivo para crecer y reproducirse (Cannon, 1991). En campos con residuos de maíz infestados, los síntomas iniciales pueden aparecer en el dosel inferior de la planta (Bajet et al., 1994).
Las ascosporas y conidios de P. maydis pueden sobrevivir en estromas en hojas de maíz en descomposición o en residuos de cosecha en los campos (Groves et al., 2020; Kleczewski et al., 2019). Por lo tanto, los residuos infestados son probablemente la fuente del inóculo primario.
Según Hock et al. (1992), las ascosporas se liberan de los estromas y se dispersan por el viento o la lluvia al follaje durante períodos de temperatura moderada (16 a 23°C), con una duración de humedad en las hojas superior a 7 horas por noche y una humedad relativa superior al 75% (Hock et al., 1995). La dispersión a larga distancia de esporas es otra posible fuente de inóculo primario, aunque se ha documentado solo hasta 31 metros de la fuente del inóculo (Liu, 1973).
Las ascosporas infectan las plantas cercanas y este ciclo se repite varias veces durante la temporada de crecimiento en condiciones favorables (Bajet et al., 1994; Hock et al., 1989).
En los EE. UU., en campos sin antecedentes de mancha de asfalto, los síntomas se han observado primero en el dosel superior del cultivo, no en el inferior, lo que plantea la posibilidad de dispersión a larga distancia.
El período de incubación (tiempo desde la inoculación hasta el desarrollo de los síntomas) y el período de latencia (tiempo desde la inoculación hasta el inicio de las estructuras reproductivas) para P. maydis no se han establecido claramente. Los datos preliminares sugieren que el período de latencia puede variar, pero generalmente oscila entre 14 y 20 días a una temperatura de 16 a 23°C.
Este período puede verse influenciado por factores como los grados día de crecimiento (GDD) y el nivel de resistencia del hospedante, lo que podría explicar la variabilidad en la latencia de P. maydis. Los síntomas de la mancha de asfalto se observan alrededor de 14 días después de la infección, y poco después, se producen nuevas ascosporas en los estromas (Hock et al., 1995).
Conclusión
La mancha de asfalto en maíz es una enfermedad fúngica compleja que puede tener un impacto devastador en los cultivos si no se maneja adecuadamente. Comprender su ciclo de vida, los síntomas y las condiciones que favorecen su desarrollo es crucial para implementar estrategias de control efectivas.
La identificación temprana y el manejo preventivo, como la rotación de cultivos y el manejo adecuado de los residuos, son fundamentales para minimizar el daño y proteger el rendimiento de las cosechas.
Al estar informados y preparados, los agricultores pueden reducir significativamente el impacto de esta enfermedad y asegurar una producción de maíz más saludable y rentable.