Control de Sigatoka en época de alta y baja presión
La industria bananera debe cumplir con niveles de productividad que le permitan sostenerse en el mercado cada vez más competitivo. Uno de los principales factores y posiblemente de mayor impacto, es el control de la sigatoka negra (Mycosphaerella fijiensis). Para ello se requiere de un manejo técnico y apropiado de rotación de fungicidas, manejo anti resistencia, conocimiento del clima y buen manejo de labores culturales, es decir una acertada aplicación del MIP.
El clima es el disparador de la enfermedad. En Ecuador tenemos plenamente diferenciadas zonas de mayor y menor incidencia, lo que va de la mano con la precipitación y la temperatura. Así mismo, la distribución de las precipitaciones en el año, determina la época de mayor aplicación de productos fungicidas y de acción sistémica, translaminar o protectores. El buen manejo de los fungicidas y su estrategia de aplicación durante la época de mayor presión, permitirá llegar a la época de baja presión sin fuente de inoculo y se podrá disfrutar de amplias frecuencias.
Época de baja presión
Durante la época de baja presión, que generalmente ocurre desde semana 26 a la 44 (junio a noviembre), se enfatiza en la reducción de aplicación de fungicidas sistémicos y del aceite agrícola, disminuyendo la carga química.
El control fitosanitario se enfoca en la disminución de presión de inoculo, siendo el deshoje fitosanitario y el salvado de hojas la mejor estrategia de control ya que elimina los propágulos del hongo y las nuevas esporulaciones. Sin fuentes de infección y sin clima favorable para el desarrollo de la enfermedad, se han podido lograr amplias frecuencias que superan los 100 días en las zonas de menor incidencia.
Durante la época de baja presión de infección, la temperatura mínima disminuye a niveles de 20 y 21 grados centígrados, lo que impacta en el desarrollo de la emisión foliar semanal, incluso se llega a observar niveles de arrepollamiento en las plantas, mostrándose niveles de estrés fisiológico. Se recomienda entonces, la aplicación de fertilizantes foliares, los que se mezclan fácilmente con fungicidas protectantes multisitios. Esta estrategia permite mantener baja la presión de infección y entrar limpios a la época de alta incidencia que generalmente inicia desde la semana 45 (noviembre).