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hoja de banano

Golpe de élite

Se vienen nuevos retos para los productores, fitosanitarios, instituciones relacionadas a la generación y trasferencia de tecnología.
hoja de banano

En busca de mejorar la productividad del cultivo de banano, para ser más competitivos en mercados cada vez más complejos. El manejo de la Sigatoka Negra, sigue siendo el problema más determinante del cultivo, por la afección directa, justamente a la producción comercial.

La producción comercial de banano no es posible, si no se cuenta con un programa de manejo integrado de sigatoka negra, para lo cual se requiere tener un conocimiento preciso del Patosistema (cultivo-sigatoka negra-clima) por parte de técnicos y productores para poder ser eficientes en su combate y la producción de este frutal.

La presencia de sigatoka negra provocó cambios en el manejo de las plantaciones, especialmente en los programas de aspersión de fungicidas para su combate (sensibilidad, eficiencia, frecuencia) y en las prácticas de cultivo (nutrición, densidad de población, deshije, deshoje, control de plagas, enfermedades y maleza), un mejor manejo agronómico.

En la actualidad, estratégicas de control químico es la opción más viable para el control de sigatoka negra, los programas de control han ido cambiando y el número de aplicaciones de fungicidas ha venido en aumento.

Las prácticas de cultivo están orientadas a reducir las condiciones favorables para el establecimiento y desarrollo del patógeno, inducir el vigor de las plantas, establecer barreras físicas y/o eliminar fuentes de inóculo dentro de la plantación. En el caso del patosistema banano-sigatoka negra, el control cultural es una parte fundamental en el manejo de la enfermedad. Se han sugerido numerosas prácticas de cultivo dentro de un programa de manejo integrado de la enfermedad. Otros componentes del manejo agronómico del cultivo ayudan a reducir las condiciones favorables (humedad) para el desarrollo de la sigatoka negra e incrementar el vigor de las plantas: manejo de la densidad de plantación, deshije, sistemas de drenaje, métodos de riego, control de maleza, fertilización química, fertilización biológica (micorrizas y bacterias), control de plagas y nemátodos. Además, es importante monitorear periódicamente la plantación para conocer el comportamiento de la enfermedad (incidencia, severidad y/o estado evolutivo) y obtener información que auxilie en la toma de decisiones.

El conocimiento de los procesos de infección, hospederos y epidemiología permite definir estrategias de manejo del patógeno mediante el diseño de modelos de predicción, el desarrollo de prácticas agrícolas apropiadas y la decisión de aplicación de fungicidas. Las condiciones más favorables para el desarrollo de sigatoka negra ocurren durante el período de lluvias, formación de rocío y cualquier condición que propicie un microclima húmedo dentro de las plantaciones. La lluvia es el factor más importante que se relaciona con la incidencia y severidad de la enfermedad. Las ascosporas del hongo son expulsadas de los cuerpos fructíferos conocidos como pseudotecios, son transportadas por las corrientes de aire y depositadas sobre la superficie de las hojas. En cambio, los conidios se producen en lesiones jóvenes (pizcas y estrías), son diseminadas por el salpique de las gotas de agua de lluvia, por las gotas de agua de rocío y corrientes de aire. En ambos casos, la llegada de inóculo y la infección ocurre en las hojas más jóvenes y la penetración es exclusivamente por estomas.

En el control químico, herramienta fundamental en el manejo de la sigatoka negra, se hace necesario estructurar una campaña de manejo “Golpe de Élite”, en el que, con base en consideraciones mencionadas, se defina el uso de los mejores Als, las frecuencias de aplicación, como dos de las dos variables más importantes.